La neurosis o neuroticismo, también conocida como inestabilidad emocional es un rasgo psicológico que define parte de la personalidad, de las características psíquicas de una persona. Ser neurótico suele implicar un estado emocional negativo durante largos periodos de tiempo que, además, pueden agravarse con otros problemas como la ansiedad, los sentimientos de culpa, la depresión, la ira o, incluso, la envidia. La neurosis es un trastorno psicológico que hace sufrir a quienes lo padecen, pero es una condición relativamente manejable. Siempre se está en contacto con la realidad, no hay despersonalización.
Causas de la neurosis
Varias
El desarrollo de una personalidad neurótica depende de varios factores; por ejemplo, las personas neuróticas se ven más afectadas por los cambios estacionales, padecen más estrés y tienen menos capacidad para enfrentarse a él y a los retos del día a día. Algunos factores que pueden favorecer la estabilidad emocional y el desarrollo de una neurosis son:
– Familia desestructurada.
– Carencias afectivas.
– Sobreprotección o infracuidado.
– Factores hereditarios.
– Acontecimientos vitales angustiantes sobre todo durante la niñez (maltrato; abandono; abuso; pérdidas de un progenitor; pérdida física en solitario, por ejemplo, en un bosque).
– Condiciones sociales, medioambientales y culturales.
Tipos de neurosis:
– De angustia. Es episódica y suele presentar pesimismos y molestias somáticas como hormigueo, adormecimiento y mareos.
– Fóbica: miedos intensos irracionales hacia objetos o situaciones. Puede llevar a ataques de angustia.
– Obsesiva. Pensamientos persistentes de contenido angustioso e incontrolables. Hay depresión y sentimiento de culpa.
– Hipocondríaca. Preocupación constante por la propia salud y referencia de síntomas de enfermedades.
-Depresiva. Autocrítica excesiva, baja autoconfianza y autoestima. Puede haber molestias físicas.
– Neurasténica. Debilidad, fatigabilidad y baja autoestima.
– Despersonalización. Sentimientos de irrealidad y de extrañeza hacina uno mismo y hacia el ambiente, se pueden presentar episodios de pánico.
– Histérica. Hay de tipo conversivo con actitud de indiferencia, parálisis paradójicas, crisis convulsivas, diferencias sensoriales y dolor; y de tipo disociativo con alteraciones de la conciencia y del sentido de identidad. La angustia no es evidente.
Síntomas de la neurosis
Varios
Los signos de la neurosis o el neuroticismo suelen ser:
– Tristeza continua.
– Sufrimiento emocional frecuente.
– Falta de interés por hacer cosas que diviertan o reporten placer.
– Intolerancia a los demás.
– Irritabilidad y “explosiones” en las conversaciones con otras personas.
– Sudoración excesiva de las manos.
– Ansiedad.
– Problemas de relación interpersonal.
– Tendencia a la timidez.
– Sentimientos de angustia y culpa.
– Incapacidad para tomar decisiones adecuadas.
– Excesivas preocupaciones sin causa aparente.
– Desarrollo de conductas rituales o repetitivas tipo trastorno obsesivo-compulsivo.
– Orden excesivo.
– Descanso irregular o insomnio.
– Dolor de cabeza.
– Voluntad débil.
– Pérdida de las ganas de trabajar o dificultad para ir a trabajar o salir de casa.
– Preocupación excesiva.
Diagnóstico de la neurosis
Entrevista clínica
El psiquiatra o el psicólogo puede establecer el diagnóstico de neurosis en base a la entrevista con el paciente en la que se prestará especial atención a la historia de vida del paciente. También se pueden realizar una serie de pruebas tipo test.
Tratamiento y medicación de la neurosis
Psicoterapia y fármacos
El tratamiento a base de sesiones de psicoterapia para modificar las percepciones e interpretaciones desenfocadas que el paciente tiene sobre sí mismo suele ser el tratamiento de elección. Si el nivel de gravedad de la neurosis es alto puede ser necesario combinarlo con un tratamiento farmacológico para apaciguar los síntomas agudos como la ansiedad o la depresión.
Prevención de la neurosis
No hay
No se han descrito medidas de prevención frente a la neurosis pero sí se suelen recomendar llevar hábitos saludables de vida como:
– Una dieta saludable y equilibrada.
– Fomentar las relaciones sociales sanas.
– Realizar actividades al aire libre.
– Tener un hobby.
– Seguir una rutina de relajación.
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