La crisis mundial a raíz del patógeno COVID-19 se ha prologado más de lo que muchas personas habían considerado, las medidas de cuarentena llevan más de 50 días y aún no existe una cura, por lo cual se considera que las medidas seguirán; sin cura los métodos que combaten a este virus es el distanciamiento social y la limpieza, lavar nuestras manos, mantener limpio nuestro entorno además leemos, escuchamos y vemos constantemente que las medidas de higiene son lo mejor que podemos hacer.
La salud mental sin duda está siendo afectada con las noticias y cifras desalentadoras que generan diversas alteraciones psicológicas, valorando que una de las medidas más eficaces para combatir el virus es la limpieza, a raíz de ello existen muchas personas que tratan de tomar las medidas higiénicas necesarias y otras que sobrepasan el límite convirtiendo la limpieza en una obsesión a raíz del miedo, pero entonces ¿Cuál es la línea que divide la higiene y obsesión con la limpieza? ¿Tengo un trastorno o solamente me cuidado? En este artículo hablaremos acerca del trastorno obsesivo compulsivo en la limpieza (TOC).
Para comprender el trastorno obsesivo compulsivo debemos iniciar definiendo la obsesión y la entenderemos como todos aquellos pensamientos recurrentes y persistentes que se experimentan, siendo estas ideas no deseadas o intrusas lo cual genera los síntomas de ansiedad y aunque se intente ignorarlo no sé logra hasta que llegamos a compulsión que la entenderemos como los comportamientos que realizamos impulsados por nuestros pensamientos y estas conductas nos alivian la ansiedad, es decir, la persona los realiza para evitar el malestar o ansiedad que los pensamientos obsesivos le provocan. (DSM-V, 2014).
De los distintos TOC que existen, uno de los más habituales es el que hace referencia a la limpieza. Y el confinamiento podría provocado un aumento de la obsesión por la limpieza en muchas personas incidiendo negativamente.
Tener adecuados hábitos de higiene y limpieza es positivo, el problema radica cuando estas conductas empiezan afectar negativamente al bienestar. Pero ¿Cuándo es un hábito de limpieza y cuando es un trastorno? Entenderemos que es saludable realizar actividades siempre y cuando sigamos los protocolos establecidos, es decir si se cumple el procedimiento de limpieza al salir y entrar de casa además de la limpieza en las horas establecidos y luego de ello llega la tranquilidad mental y fisiológica porque ya se tomaron las medidas al pie de la letra, pero si aun cumpliendo con los protocolos sigue existiendo angustia, miedo e ideas persistentes que nos impulsan desesperadamente a seguir limpiando y repitiendo los protocolos higiénicos sin necesidad o motivo racional para hacerlo, eso ya nos inclina al lado de una perturbación psicológica.
Ya que se ha establecido la diferencia entre hábitos saludables de limpieza y la higiene como obsesión, ahora, es necesario aclarar que tener pensamientos recurrentes que nos generan ansiedad y esto conlleva a la constante repetición de comportamientos (lavarse las manos sin razón constantemente, hacer limpieza, sanitizar áreas de la casa sin razón, entre otras) la presencia de todas estas características contrario a lo que se podría creer no es saludable, hablando en términos de salud mental la constancia de estos pensamientos y actividades puede llegar a provocar un trastorno (TOC) y aunque no se desarrolle un trastorno como tal, siempre es una alteraciones psíquica que mantendrá a la persona en estado de alerta, con miedo, ansiedad, insomnio y afectara la vida de la persona de manera negativa teniendo repercusiones mentales y físicas.
Hablamos de un trastorno importante de la conducta. Cada persona puede experimentar diferentes pensamientos que la lleven a querer limpiar compulsivamente. Algunas personas pueden tener pensamientos supersticiosos que les provocan ansiedad si no hacen cosas como limpiar para reducir estos síntomas. Otras personas tienden a pensar que todo está contaminado y que si no limpian pueden padecer enfermedades graves, en esta crisis específicamente seria la presencia del patógeno. Por otro lado, hay quienes están obsesionados con el orden de los objetos y por eso llevan la limpieza de la casa al extremo.
Todas estas personas sufren pensamientos repetitivos que provocan ansiedad y que intentan combatir con la limpieza y la higiene. Su conducta compulsiva tan solo sirve para que se calmen momentáneamente. Sin embargo, esto acaba provocando un círculo vicioso, ya que el pensamiento irracional vuelve a aparecer una y otra vez después de la actividad compulsiva. El confinamiento y la pandemia de Covid-19 no ha hecho más que acrecentar este trastorno, aumentando la obsesión por la limpieza para hacer frente al virus.
Si en la descripción de las características se identifican o alguien más ¿Qué se puede hacer? Muchas personas creen que seguir el impulso de sus pensamientos les traerá tranquilidad pero no hay nada más contrario a eso ya que perjudica más y se convierte en una sumisión ante el trastorno y poco a poco se va arraigando en las características de las personalidad del sujeto, una forma adecuada de empezar es haciéndole consciencia a la persona que tiene un problema y explicar que sus características ya están en un rango de alteración psíquica, luego de ellos buscar atención de un profesional en psicología.
Conclusiones
Existe una diferencia significativa entre tener hábitos de limpieza y una compulsión por la higiene, además contrario a lo que se podría creer, aunque hablemos de limpieza siempre es negativo tener pensamientos e ideas recurrentes que nos impulsen constantemente a realizar actividades de aseo. Es importante cumplir con todos los protocolos establecidos y después de eso buscar la calma mental y física ya que hemos hecho lo necesario al pie de la letra. Mantener estas características negativas perjudica en la salud mental además interfiere con la vida cotidiana de nosotros, de nuestras familias y seres queridos, al identificar estos síntomas debemos tomar o hacer conciencia y buscar la ayuda de un profesional de la psicología.
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