La Nictofobia es generada por una percepción distorsionada del cerebro de lo que podría pasar en medio de la oscuridad. También se le conoce como escotofobia.
La Nictofobia también recibe nombres como scotofobia, acluofobia, ligofobia, mictofobia o, sencillamente, miedo a la oscuridad.
Aunque es muy común en todo el mundo que los individuos puedan desarrollar un miedo excesivo a la oscuridad también es cierto que se ha investigado poco sobre esta patología.
La nictofobia además es un mal erróneamente relacionado con niños. Según explica J. Adrian Williams en su artículo Indirect Hypnotic Therapy of Nyctophobia, es muy probable que los niños que hayan sufrido de un miedo a la oscuridad excesivo también puedan desarrollarla cuando sean adultos.
Además, en el mismo artículo Williams expone también que puede ser muy perjudicial la nictofobia tanto en adultos, como en personas discapacitadas.
El miedo a la oscuridad, o nictofobia es común en la mayoría de los niños y en algunos casos en adultos. La nictofobia en realidad, muchas veces no es un miedo a la oscuridad en sí, sino a los riesgos que imaginamos que podrían estar latentes cuando estamos en total penumbra.
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