La autolesión no suicida, a menudo denominada autolesión, es el acto de dañarse deliberadamente el propio cuerpo, como cortarse o quemarse. Normalmente, no pretende ser un intento de suicidio. En cambio, este tipo de autolesión es una forma dañina de enfrentar el dolor emocional, la ira intensa y la frustración.
Si bien la autolesión puede traer una sensación de calma momentánea y de liberación de tensión, generalmente, luego de que se lleva a cabo aparecen la culpa y la vergüenza, y regresan las emociones dolorosas. Aunque las lesiones potencialmente mortales generalmente no son intencionadas, la autolesión conlleva la posibilidad de acciones agresivas contra uno mismo más graves e incluso mortales.
Obtener el tratamiento adecuado puede ayudarte a aprender formas más saludables de enfrentar la situación.
Síntomas
Entre los signos y los síntomas de las autolesiones se pueden incluir los siguientes:
- Heridas, con frecuencia en patrones
- Cortes nuevos, arañazos, hematomas, marcas de mordeduras u otras heridas
- Frotamiento excesivo de un área para crear una quemadura
- Mantener objetos afilados al alcance
- Usar mangas largas o pantalones largos, incluso en climas cálidos
- Denuncias frecuentes de lesiones accidentales
- Dificultades en relaciones interpersonales
- Inestabilidad del comportamiento y emocional, impulsividad e imprevisibilidad
- Declaraciones de impotencia, desesperanza o falta de valor
Formas de autolesión
Las autolesiones suelen ocurrir en privado y se realizan de una manera controlada o ritualizada, que a menudo deja un patrón sobre la piel. Algunos ejemplos de autolesión incluyen los siguientes:
- Cortes (cortes o rasguños profundos con un objeto afilado)
- Rascado
- Quemaduras (con fósforos o cigarrillos encendidos, o con objetos afilados o calientes, como cuchillos)
- Grabarse palabras o símbolos en la piel
- Darse golpes a sí mismo, puñetazos o golpearse la cabeza
- Perforarse la piel con objetos afilados
- Insertarse objetos debajo de la piel
Las autolesiones ocurren con mayor frecuencia en los brazos, las piernas y la parte frontal del torso, pero cualquier lugar del cuerpo puede ser objeto de autolesiones. Las personas que se lastiman pueden emplear más de un método para hacerse daño.
El enojo puede provocar el impulso de autolesionarse. Muchas personas se lastiman unas pocas veces y luego se detienen. Sin embargo, para otras, las autolesiones pueden volverse un comportamiento repetitivo a largo plazo.
Cuándo debes consultar con un médico
Si te autolesionas, aunque las lesiones sean menores, o si piensas en lesionarte, busca ayuda. Cualquier forma de autolesión es un signo de un problema mayor que requiere tratamiento.
Habla con alguien de confianza, como un amigo, un ser querido, un líder espiritual, o un asesor escolar, un enfermero o un profesor, que te pueda ayudar a dar los primeros pasos para alcanzar el éxito en el tratamiento. Si bien puedes sentirte avergonzado o incómodo al hablar de tu comportamiento, puedes encontrar apoyo, atención y ayuda sin prejuicios.
Cuando un amigo o un ser querido se autolesiona
Si tienes un amigo o un ser querido que se autolesiona, puedes sentirte conmocionado y atemorizado. Toma seriamente cualquier charla sobre autolesiones. Aunque puedas sentir que estás traicionando su confianza, las autolesiones son un problema demasiado importante como para ignorarlo o afrontarlo solo. He aquí algunas maneras que pueden resultar útiles.
- Tu hijo. Puedes comenzar por consultar con un pediatra u otro profesional de atención médica; ellos pueden brindar una evaluación inicial o derivarte a un profesional de salud mental. Muéstrate preocupado pero no le grites a tu hijo ni lo amenaces o acuses.
- Amigo preadolescente o adolescente. Sugiérele a tu amigo que hable con sus padres, un docente, un asesor escolar u otro adulto en quien confíe.
- Adultos. Amablemente expresa tu preocupación y alienta a la persona a buscar tratamiento médico y de salud mental.
Cuándo obtener ayuda de emergencia
Si te lesionaste gravemente o consideras que tu lesión puede ser potencialmente mortal, o si crees que puedes lastimarte o intentar suicidarte, llama al 911 o al número de emergencia local de inmediato.
También considera estas opciones si tienes pensamientos suicidas:
Llama al profesional de salud mental
Busca ayuda de la enfermera o el consejero, el maestro, el médico u otro proveedor de atención médica de tu escuela.
Ponte en contacto con un amigo cercano o un ser querido.
Ponte en contacto con un líder espiritual o alguien más en tu comunidad de fe.
Causas
No existe una causa única y simple que provoque que alguien se autolesione. En general, las autolesiones pueden ser el resultado de los siguientes factores:
- Escasa capacidad de enfrentar desafíos o situaciones. Las autolesiones no suicidas por lo general son la consecuencia de una incapacidad de enfrentar el dolor psicológico de manera saludable.
- Dificultad para controlar las emociones. La persona tiene dificultad para regular, expresar o comprender las emociones. La mezcla de emociones que desencadenan la autolesión es compleja. Por ejemplo, pueden manifestarse sentimientos de inutilidad, soledad, pánico, enojo, culpa, rechazo, odio a sí mismo o sexualidad confusa.
Cuando una persona se autolesiona, puede que intente lo siguiente:
- Controlar o reducir la angustia grave o la ansiedad y buscar una sensación de alivio
- Distraerse de las emociones dolorosas a través del dolor físico.
- Tener un sentimiento de control sobre su cuerpo, sus emociones o las situaciones de la vida.
- Tener cualquier sentimiento, incluso si se trata de dolor, cuando la persona se siente vacía emocionalmente.
- Expresar los sentimientos internos a través de una forma externa.
- Comunicar los sentimientos de depresión o angustia al mundo exterior.
- Castigarse por errores aparentes
Factores de riesgo
La mayoría de las personas que se autolesionan son adolescentes o adultos jóvenes, aunque hay personas de otros grupos etarios que se autolesionan. La autolesión suele comenzar en la preadolescencia o en los primeros años de adolescencia, cuando las emociones son más volátiles y los adolescentes se enfrentan a la presión de los pares, la soledad y los conflictos con los padres u otras figuras de autoridad.
Existen ciertos factores que pueden incrementar el riesgo de autolesión, entre ellos se incluyen los siguientes:
- Tener amigos que se autolesionan. Las personas que tienen amigos que se lastiman intencionalmente son más
- propensas a comenzar a autolesionarse.
- Problemas de vida. Algunas personas que se autolesionan sufrieron negligencia, abuso sexual, físico o emocional, o experimentaron otros eventos traumáticos. Es posible que hayan crecido o permanezcan con una familia inestable, o que sean jóvenes que cuestionan su identidad personal o su sexualidad. Algunas personas que se autolesionan están socialmente aisladas.
- Problemas de salud mental. Las personas que se autolesionan son más propensas a la autocrítica constante y a tener dificultades para resolver problemas.
- Además, la autolesión se suele asociar con ciertos trastornos mentales, tales como el trastorno limítrofe de la personalidad, la depresión, los trastornos de ansiedad, el trastorno de estrés postraumático y los trastornos alimentarios.
- Abuso de alcohol o drogas. Aquellas personas que se autolesionan a menudo lo hacen bajo la influencia del alcohol o de drogas de uso recreativo.
Complicaciones
Las autolesiones pueden provocar una variedad de complicaciones como las siguientes:
- Empeoramiento en los sentimientos de vergüenza, culpa y autoestima baja
- Infección, ya sea en heridas o por compartir herramientas
- Cicatrices permanentes o desfiguración
- Lesión grave posiblemente mortal
Empeoramiento de problemas y trastornos no diagnosticados, si no se tratan de la manera correcta
Riesgo de suicidio
Aunque autolesionarse generalmente no es un intento de suicidio, puede aumentar el riesgo de que esto suceda debido a los problemas emocionales que desencadena. Y el patrón de dañar el cuerpo en momentos de angustia aumenta la probabilidad de suicidio.
Prevención
No hay manera segura de prevenir la conducta de autolesión de un ser querido. Pero reducir el riesgo de que haya autolesión incluye estrategias que involucran a individuos y comunidades. Los padres, los familiares, los maestros, el personal de enfermería escolar, los entrenadores o los amigos pueden ayudar.
- Identificar a alguien en riesgo y ofrecer ayuda. A una persona en riesgo se le puede enseñar resiliencia y una capacidad saludable de enfrentar desafíos o situaciones, que se pueden utilizar durante los periodos de angustia.
- Alentar la expansión de las conexiones sociales. Muchas personas que se autolesionan se sienten solas y desconectadas. Ayudar a alguien a crear conexiones con otros que no se dañan a sí mismos puede mejorar las habilidades para relacionarse y comunicarse.
- Crear conciencia. Aprender sobre las señales de advertencia que indican la existencia de autolesiones y sobre qué hacer cuando tienes una sospecha.
- Alentar a los pares a buscar ayuda. Los pares suelen ser leales con los amigos. Alienta a los niños, los adolescentes y los adultos a evitar el secretismo y a que busquen ayuda si están preocupados por un amigo o un ser querido.
- Hablar sobre la influencia de los medios de comunicación. Los medios de noticias, la música y otros canales de visibilidad alta que muestran autolesiones pueden impulsar a niños y jóvenes adultos vulnerables a experimentar. Enseñar a los niños a pensar críticamente sobre las influencias que los rodean podría reducir el impacto dañino.
mayoclinic.org